Veracruz, ¿falla impulso a economía?


Por Álvaro Belin Andrade




A 90 días del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, hay muchas señales que apuntan a una no muy equitativa productividad de los secretarios del despacho, lo que puede generar asimetrías preocupantes en el desarrollo de la acción gubernamental.

No todos los secretarios están trabajando al ritmo que les ha marcado el gobernador Duarte y, más importante aún, al que deben responder para que el estado pueda salir más tempranamente del marasmo económico que dejó como herencia Fidel Herrera Beltrán.

Mientras unos secretarios andan más entrampados en sus proyectos políticos, como el de Educación, Adolfo Mota Hernández, otros andan paralizados porque sus altos estudios en el ámbito internacional operan como camisa de fuerza que les impide entender la realidad real, la cotidiana, aquella que tiene que ver con el juego entre los factores de la producción.

Pongamos por caso el del secretario de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop), Érik Porres Blesa, descendiente de una familia millonaria de la zona de Córdoba, a quien se le ubica como parte del pago hecho al exdirigente nacional del Partido Acción Nacional, Manuel Espino, por haberse prestado a un duro golpeteo político y mediático contra Miguel Ángel Yunes Linares.

Real o mera especulación, lo cierto es que el nombramiento hecho por el gobernador Javier Duarte sobre la persona de este bisoño funcionario, sin experiencia en la administración pública e, incluso, pillado a mitad de sus estudios de maestría en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, cayó en el silencio de estupefacción que genera una decisión inesperada.

Algo debe tener este cordobés como para encomendarle una dependencia que, tradicionalmente, ha sido un mero gabinete de relaciones públicas, una especie de oficina para atención y cortesía para empresarios grandes, y de supuestos programas encaminados a apoyar las micro, pequeñas y medianas empresas.

Eso ha sido lo que tradicionalmente hace esa secretaría, pero lo que debe y puede hacer es extraordinariamente importante para los veracruzanos, sobre todo si de generar empleos se trata.

Pero no. Cuando se supo que este muchacho tomaría la Sedecop, se entendió que la dependencia tendría el mismo opaco objetivo que ha tenido, sobre todo con su titular precedente, a quien solo se le escuchaba cuando regresaba de sus viajes a los tianguis turísticos de Acapulco o como mero adorno en reuniones donde ni la boca abría.

Es extraño que en ese tenor haya sido la decisión del gobernador Duarte, sobre todo cuando recibió a un estado que demandaba recuperar dinamismo económico.





Porres Blesa, ¿vocero de Perlasca?

Y empezaba esta reflexión sobre la diferencia de actividades entre secretarios, porque en los últimos días, Porres Blesa ha hablado de economía, pero refiriendo logros no de su secretaría sino de la que encabeza Leticia Perlasca, la de Turismo y Cultura.

Me ha sorprendido que no haya abierto la boca para mencionar gestiones o programas que hubiesen salido de su equipo de trabajo, sino que se refiriese a los efectos de la promoción turística en torno a festividades tradicionales como, en este momento, el Carnaval 2011.

Ha hablado de derrama económica previsible, de número de visitantes, de impacto en la economía de la zona conurbada por efecto de las festividades carnestolendas, de todo aquello que, con mejores datos y sobrada justificación, ya ha hablado la exdirectora del sistema de Colegio de Bachilleres (Cobaev).

Leticia Perlasca Núñez, en efecto, ha tenido una destacada participación desde el inicio mismo del actual gobierno. A diferencia de la alcaldesa xalapeña, Elízabeth Morales, quien no promovió sino que hizo turismo en España, Perlasca Núñez ha logrado conjugar acciones para que las fiestas tradicionales tengan un efecto de recuperación de las economías locales, afectadas gravemente en 2010 por los fenómenos meteorológicos.

Primero, las fiestas de La Candelaria, en Tlacotalpan; luego, las fiestas del Carnaval 2011, aunque en este punto ha sido muy importante el trabajo de la alcaldesa Carolina Gudiño; ahora, la Cumbre Tajín.

¿A qué se mete ahí Eric Porres Blesa? Mejor que se ponga a trabajar en lo que le fue encomendado.