En la SEV no calientan motores

Por Álvaro Belin Andrade


Algo preocupante se observa en la comunicación educativa de Veracruz. Funcionario joven pero con enormes tablas políticas, el secretario Adolfo Mota Hernández ha mostrado ante los medios informativos un perfil más bien bajo. A preguntas simples formuladas por los reporteros, su desconocimiento de las cifras educativas de Veracruz lo ha hecho mostrarse titubeante, cuando no errático.

En su discurso, al menos en los primeros días del actual gobierno, ha dejado en el limbo muchos temas de la agenda estatal para educación, propiciando en la opinión pública la percepción de que lo no enunciado por él forma parte de los asuntos a revisión, lo que suele emparentarse con desaparición o, en el mejor de los casos, con congelamiento.

Aunque llega desde muy temprano a su oficina, una y hasta dos horas antes de que ingrese el grueso del personal de la SEV, bajo el argumento –político, no tanto de eficiencia administrativa– de que a esas mismas horas entran los maestros veracruzanos a sus escuelas, casi cumple dos meses y pocas iniciativas se le han visto.

Fuera de declaraciones relacionadas con la puesta en funcionamiento del programa Escuelas de Tiempo Completo en 100 planteles, la aplicación de medidas contra el consumo en escuelas de alimentos chatarra ricos en calorías y grasas, halagos desmedidos al SNTE y sus dirigentes, entre otros temas, no ha mostrado catadura del líder estratégico que demanda un proyecto de gran alcance como el que ha delineado el gobernador Javier Duarte de Ochoa para educación.

No decimos que no lo sea. Sabemos de su capacidad e inteligencia, de su facilidad para gestionar y convencer. Lo cierto es que en sus primeros 45 días en el puesto ha dejado que muchos temas sean abordados interesadamente por gente que debiera guardar respeto a su jerarquía y se ha pasado más tiempo en la penumbra para trabar asuntos con sus colaboradores.

Ya hemos visto cómo el único funcionario educativo que ha saltado a la palestra ha sido el director del IVE, Guillermo Zúñiga Martínez, dando palos de ciego.

Ahora que se ha conocido que el presupuesto para el proyecto de Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) no llega ni a los 20 millones, el conspicuo político ha lanzado a su estructura política regional (perdón, académica) a proferir demandas insolentes a su propio jefe, como acaba de suceder en Orizaba la semana pasada.

Como lo relata La Jornada Veracruz, en nota publicada el viernes pasado, profesores y funcionarios de la UPAV increparon al secretario Adolfo Mota, pidiéndole revisar el esquema educativo del Instituto Consorcio Clavijero. Desde diciembre, Zúñiga Martínez soltó el borrego de que ese organismo pasaría a formar parte de la UPAV, donde incluso hay un sitio reservado en su portal en internet que no contiene más que el título: Educación en línea.

Mota les aclaró que todos los esquemas educativos, incluyendo la propia UPAV, continuarían

La cuestión es que le han estado marcando la agenda al titular de la SEV, y no precisamente con temas cómodos. Acaba de publicarse una respuesta dura por parte del rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, contra la campaña zuñiguista, donde el secretario de Educación ha salido a relucir en no muy buenos términos.

Para colmo, la mayoría de los miembros de su equipo son miembros del SNTE y otros sindicatos magisteriales, y quienes están en puestos clave rinden cuentas, más bien, al gobernador o a otros funcionarios, como el secretario de Finanzas y Planeación; todo lo cual lo deja en una circunstancia sospechosamente homeopática.

Debemos suponer que los grandes proyectos, las grandes líneas de trabajo, las propuestas de mejora más allá de un simple tránsito administrativo, estarán contemplados en el capítulo del sector educativo del plan estatal de desarrollo. Sin embargo, algo debería observarse ya en términos del sello político de la naciente administración estatal.

A no ser que la SEV solo le represente un mero trampolín con miras a la candidatura al Senado de la República.



En Turismo, a tambor batiente


Mientras en el ámbito federal, la secretaría de Turismo se ha puesto como meta para 2011 un crecimiento del sector en un 15 por ciento y establecer una marca histórica de 26 millones de visitantes, en Veracruz las nuevas autoridades encabezadas por Leticia Perlasca han comenzado a tambor batiente.

Y es que en la agenda cultural y turística de Veracruz, dos eventos tradicionales y de gran proyección se suceden en el segundo mes del año: primero, las Fiestas de la Candelaria, en la bella Tlacotalpan y, acto seguido, el Carnaval de Veracruz, ciudades ambas que sufrieron los embates de los fenómenos meteorológicos de fines de 2010 y que necesitan renacer de sus cenizas para darle a su gente un hálito de esperanza.

A diferencia de lo que se dejaba de hacer en el sexenio precedente, los actuales colaboradores de Turismo y Cultura han trabajado a marchas forzadas para dejar su impronta en los primeros compromisos del año y del sexenio.

En el área de Cinematografía, Eber García ha organizado un rally de producción de cortometrajes sobre las fiestas de la Candelaria, que posibilitará no solo tener un registro de una de las fiestas más importantes del estado, con la participación de cineastas y cinéfilos, sino que permitirá marcar la hoja de ruta de lo que el cine puede significar para la promoción turística y cultural del estado.

Ya sabemos que la ex diputada local Dalia Pérez Castañeda, directora de Promoción, se fue a Madrid a promocionar a Veracruz, pero hay algo que dejará muchos beneficios a nuestra industria sin chimeneas: las gestiones que ha realizado con éxito la secretaria Leticia Perlasca para que las diferentes empresas de aviación que cubren la entidad, particularmente la terminal de Veracruz, incrementen el número de sus vuelos para lograr una mayor atracción de turistas nacionales y extranjeros.

Ya hemos visto que la ciudad de Veracruz es considerada por el turista nacional como uno de los tres primeros sitios del país en que le apetece hacer turismo, por lo que urge que se le muestren más opciones de manera que la derrama económica en el estado sea creciente en los próximos seis años.

No sólo hay que elevar el volumen del turismo de convenciones, que tradicionalmente elige al Puerto de Veracruz por sus atractivos y sus precios. También habrá que atraer a aquel que gusta de disfrutar de playas y otros atractivos como la aventura y el contacto con la naturaleza.

En octubre próximo se celebrará en Chiapas la Cumbre Mundial de Turismo de Aventura, y Veracruz debe acudir no solo a mostrar sus avances en esta materia sino a aprender cómo puede potenciar sus atractivos naturales para formar parte de los circuitos internacionales. En nuestro país, Oaxaca y Chiapas nos superan con creces, pero por diversos rumbos de Veracruz hay lugares que pueden ofrecerse para la práctica de deportes extremos, caminatas rurales, turismo ecológico y destinos de playa, además de centros culturales.

Ya hablaremos pronto con mayor amplitud de este tema tan importante para la economía veracruzana.