Internet en México: navegar en el pantano

Por Álvaro Belin Andrade




Batallas electorales, crisis económica, guerra al crimen organizado… lo cierto es que ningún nivel de gobierno ha tomado en serio ni ha desplegado acciones significativas en materia digital, dilatando la atención de un tema que es crucial para el desarrollo nacional.

En materia digital, México se debate en la mediocridad, pese a ser vecino de una de las potencias en el uso y aprovechamiento de las tecnologías de información y comunicación (TIC), en ámbitos tan distintos como la economía, la educación, la salud, las comunicaciones y la innovación tecnológica.

Y eso que los Estados Unidos, inventores de internet, se ubican demasiado lejos de países como Corea del Sur y Japón, en ese orden, en el tema de la velocidad de banda ancha.

La alerta hecha recientemente por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) es preocupante y los señalamientos críticos que han acompañado el mensaje son verdaderamente incisivos.

Por un lado, lamenta la obsolescencia de nuestra infraestructura tecnológica, que se manifiesta en el hecho de que en México se considere como banda ancha una velocidad de 512 KB, medio megabyte por segundo (Mbps), cuando en Japón es superior a los 60 Mbps.

Por otro, acusa de mezquino al gobierno federal por el hecho de ofrecer solamente dos hilos de fibra óptica, todo lo cual orilla al estancamiento de nuestro país.

Este desarrollo trompicado de la infraestructura tecnológica está afectando directamente a sectores sociales, públicos y empresariales que han basado su desempeño en el uso de internet, desde la oferta de programas educativos a distancia hasta la oferta de servicios públicos, comercio electrónico y transparencia gubernamental, entre otros.

México, además, carece de una instancia que lidere la agenda digital, lo que ha hecho que todos los actores (industria, academia, sociedad y gobierno) actúen de manera desarticulada. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes no lo ha sido, ni lo será, sobre todo cuando hay indicios de que más bien ha entorpecido el desarrollo de este sector.

Por si esto fuera poco, el precio de las telecomunicaciones sigue siendo un obstáculo casi insalvable para la democratización del uso de las TIC.

Ello hace indispensable que los gobiernos locales le entren al toro para que comunidades de baja densidad poblacional dejen de ser marginadas por las empresas privadas, para las cuales no es negocio desplegar la señal de internet en territorios que además muestran muy bajo poder adquisitivo.

En México, existen 30.6 millones de internautas mayores de seis años de edad, de los cuales 25.6 millones viven en zonas urbanas, mientras que sólo cinco millones se localizan en zonas rurales.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el promedio de hogares con una conexión a internet es de sólo 18.4 por ciento, mientras que en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es de 62 por ciento.

Debido a limitaciones económicas y a los altos precios del servicio, el 32 por ciento de los 7.4 millones de hogares con computadora no cuenta con el servicio de internet.





Que 18 años no es nada


La historia de internet en México no es muy larga. No llega a la veintena. Pero en ese mismo periodo incluso nuestros socios comerciales más modestos han mostrado un desarrollo másimportante que el nuestro.

Gobiernos federales priistas y panistas han privilegiado el disfrute del poder y no han hecho maldita la cosa para que la situación mejore.

En 1992, gracias al Tec de Monterrey, entró el internet a nuestro país. Ese año se creó Mexnet, que agrupó a instituciones educativas en el objetivo de promover el desarrollo del internet mexicano.

Dos años después, con el Tec a la cabeza, universidades como la de Las Américas y la de Guadalajara (primera de carácter público) desarrollaron los pinitos de las páginas web con proyectos experimentales. Se daban, entonces, los primeros pasos en la utilización de las TIC en la educación.

Tan bisoña era la criatura que en ese momento sólo 44 instituciones académicas estaban registradas bajo el dominio .mx; cinco empresas bajo el dominio com.mx, y una institución en gob.mx.

Ha sido justamente el Tec de Monterrey la institución que ha coordinado desde 1995 el Centro de Información de Redes de México (NIC-México), encargado de la coordinación y administración de los recursos de Internet asignados a México, como la administración y delegación de los nombres bajo el dominio .mx.

Hemos avanzado, sin lugar a dudas.

Recuerdo que en 1999, cuando ingresé al área de prensa de la Universidad Veracruzana, entraba a internet, seleccionaba una liga y una vez en ella abría un vínculo, mientras leía toda la carpeta de recortes de la prensa local.

Había que tener mucha paciencia para navegar en internet, pese a que era la UV la que mejor conexión tenía en todo Xalapa. Hoy cualquier café internet es infinitamente más rápido que lo que se experimentaba en la red universitaria en aquellos tiempos.

Y, sin embargo, estamos a años luz de países como Corea del Sur, Japón, Finlandia, Suecia y Francia, cuya velocidad de internet es superior en 10 y hasta 120 veces lo que tenemos en México.

Ojalá que algún día, un verdadero líder político se instale en Los Pinos y ponga a trabajar los cerebros, las ideas, los proyectos que sean necesarios para elevar nuestras capacidades y lo usemos para mejorar las capacidades educativas de los mexicanos.