¿Habilidades digitales para todos?

Por Álvaro Belin Andrade




Tras el oneroso fracaso de Enciclomedia, el programa insignia de modernización educativa impuesto en el sexenio de Vicente Fox, el gobierno de Felipe Calderón ha apostado por un esquema creado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (One Laptop Per Children, OLPC) que, al menos en el presente ciclo, buscará equipar a más de 30 mil escuelas secundarias públicas con una laptop para cada estudiante y para cada maestro.

Con presupuesto inicial de 4 mil 500 millones de pesos, el tema parece sobresaliente. En el guión, permitirá encauzar a decenas de miles de jóvenes en el uso de las tecnologías de información, con apoyo de internet, lo que les abrirá camino hacia la sociedad del conocimiento, del que difícilmente podrán salir según continúen su formación en los niveles de educación media superior y superior.

Aunque ya lleva camino recorrido, este programa denominado Habilidades Digitales para Todos (HDT) tendrá para el presente ciclo escolar sus primeras compras masivas, si bien ya han sido equipadas las poblaciones estudiantil y docente de 9 mil secundarias.

Según las ambiciosas metas del gobierno federal, al final de la administración de Felipe Calderón todos los alumnos y profesores de las 155 mil escuelas secundarias públicas del país gozarán de laptops (cuyo costo por unidad es de unos 100 dólares), aunque habrá que esperar a que tengan acceso a una señal que les permita navegar por la red.

Respaldado por la ONU, este esquema ya ha sido puesto en operación en países como Brasil, China, Perú y Uruguay, y en el caso de México está ligado a un proyecto federal de salud, educación y gobierno que coordina la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que ha autorizado a la SEP el uso de una de sus frecuencias para la transmisión de datos.

Fernando González, responsable como subsecretario de Educación Básica de la SEP del programa HDT, ha dicho ya que la licitación habrá de federalizarse, por lo que los gobiernos estatales serán los que decidan qué empresas proveerán tanto el equipamiento como el servicio de conectividad a internet, evitando con ello cuestionamientos relacionados con beneficiar a unas u otras empresas proveedoras.

En el discurso y en el nombre mismo del programa, los beneficios serán para todos, y es posible que ello suceda al final de la administración calderonista, si no hay en el camino algún tropiezo presupuestal.

El problema, sin embargo, se presentará con los plazos que marcan los manejos políticos, presentes en toda asignación de recursos federales.

Según la electoral manera de gobernar, los recursos públicos se prodigan entre los aliados y se escatiman a los desgraciados, y ya sabemos que en estos tiempos uno de los patitos feos es Veracruz.

El castigo político del gobierno federal a la administración de Fidel Herrera ha tenido múltiples episodios. Además de la morosidad (o negativa) en la entrega de recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) para remediar afectaciones en territorio veracruzano, otro sector menoscabado ha sido el de la educación, como ya hemos comentado en este espacio.

Un año sin financiamiento en programas de modernización tecnológica representa un grave atraso en la implantación de programas, sobre todo cuando se pretende beneficiar a escuelas enclavadas en regiones serranas y dispersas en miles de pequeñas comunidades. Y eso ha ocurrido en el electoral año 2010.

De ahí la airada protesta tanto del gobernador Fidel Herrera como del secretario de Educación en Veracruz, Víctor Arredondo, porque justamente para el programa HDT a los prohombres de la SEP se les olvidó Veracruz y no mandaron un quinto para dar continuidad a programas que ya se habían puesto en marcha en 2009.

En efecto, mientras que en 2009 se destinaron a Veracruz recursos etiquetados a HDT por un monto de 120 millones de pesos, este año se le asignaron cero bolitas. Así nomás… ¡pum!, ¡cuas!, ¡caput!

De manera que hasta que entre en funciones el próximo gobierno estatal se retomarán iniciativas como la de la Red Estatal del Conocimiento, que habría permitido –sin el concurso de empresas privadas– la prestación del servicio de internet a miles de escuelas (y centros de salud y gobiernos locales), sólo a la espera de las famosas laptops para conectarse individualmente, en el caso de las secundarias, o para la instalación de aulas digitales en escuelas primarias o de bachillerato.

Este trato inequitativo para Veracruz por parte de la SEP era explicable, que no justificable, en el periodo previo al proceso electoral local del 4 de julio, donde Felipe Calderón tenía sentadas esperanzas de obtener la gubernatura para su partido en la persona de su amigo Miguel Ángel Yunes Linares, pero a estas alturas merece los más airados epítetos.

Por eso, Arredondo ha pedido la presencia del docto secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, para que precise las razones de esta explicable omisión presupuestal. El problema es que…





Lujambio nunca sale de su cueva


Arredondo ha invitado a Alonso Lujambio a visitar Veracruz para poner sobre la mesa las razones que han hecho que la SEP desestime tanto el trabajo que el sector educativo estatal ha realizado en los últimos años.

Pero el titular de la SEP difícilmente abandona la comodidad de sus oficinas en el Distrito Federal, a no ser para hacer política. Debemos recordar que, cuando tomó posesión de esa secretaría en sustitución de la ahora diputada Josefina Vázquez Mota, desconcertó a tirios y troyanos cuando dijo a los cuatro vientos que llegaba al puesto a hacer política.

Y así ha sucedido. La única ocasión en que se le vio por Veracruz fue el domingo 27 de junio de este año, cuando en Boca del Río hizo sonrojar a los más albureros reporteros jarochos con su fino vocabulario. En efecto, Alonso Lujambio vino a Veracruz pero a apoyar la campaña electoral del candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura del estado.

Y ahí, con la finura aprendida en las mejores universidades del mundo, espetó ante grabadoras y micrófonos:

“Últimamente han dicho y los hemos escuchado decir que están en plenitud del pinche poder. ¿Cuál plenitud? ¿Cuál pinche poder? Si la seguridad de los veracruzanos está en duda, si la extorsión está presente. En realidad lo que nos están diciendo es que no han sido capaces de solucionar el principal problema de la vida del Estado, más allá del pinche poder, que es la seguridad”.

Golpeaba con ello a Fidel Herrera, quien había sido captado en una llamada telefónica diciendo que estaba “en plenitud del pinche poder”.

Ese mismo día, fuera de su costumbre, también se dio oportunidad para acudir a Sinaloa a apoyar al ex priista Mario López Valdez, candidato del PAN y el PRD a la gubernatura sinaloense, en un periplo que, ténganlo por seguro, no realizó por aerolíneas comerciales y tampoco pagó con recursos salidos de sus bolsillos.

Tampoco acudió al II Encuentro Internacional de Rectores organizado por Universia (el portal en internet financiado por el Banco Santander), realizado a finales de mayo en la ciudad de Guadalajara, donde se le extrañó, pese a que quien sí estuvo presente fue el ministro español de Educación, Ángel Gabilondo, además de representantes de mil 99 universidades iberoamericanas y 44 rectores de otros países, y en que se acordó “La Agenda de Guadalajara”, un documento que sienta las bases para desarrollar el Espacio Iberoamericano del Conocimiento.

Así que Arredondo deberá ir a las oficinas de la SEP a plantear una disminución ominosa al presupuesto educativo veracruzano de 2010, que se calcula en 950 millones de pesos, casi 70 por ciento de los cuales se refieren a recursos no considerados dentro del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB), pese a que en Veracruz funciona el 19 por ciento del total de planteles del país y sólo se le destina el 5 por ciento de los recursos etiquetados para infraestructura escolar.

Es una desgracia que, en la oficina en que despacharon personajes como Justo Sierra, quien fundó la UNAM en su gestión; José Vasconcelos, quien fue rector de la UNAM y fortaleció las acciones para llevar la educación y las bibliotecas a los más recónditos rincones de México; Jaime Torres Bodet, quien creó la Escuela Normal Superior y promovió la creación de los museos de Arte Moderno y Nacional de Antropología e Historia, y Jesús Reyes Heroles, ahora esté un junior que diga abiertamente que llegó a la SEP a hacer política.

La revista “Líderes Mexicanos” describe lo que ha sido la SEP en términos políticos: “Durante su historia, han pasado personajes célebres por ella. Una vez en su historia un ex Presidente fue su titular (Plutarco Elías Calles, 1929), varias veces un ex titular de la SEP ha intentado llegar a la Presidencia de la República, siendo el caso más sonado el de José Vasconcelos y sólo uno (Ernesto Zedillo) ha llegado a encabezar el Ejecutivo Federal”.

¿Alonso Lujambio pretenderá ser el segundo ex secretario de Educación en buscar y, ocasionalmente, ganar la Presidencia de México? Dios nos libre…







Bicentenario, celebración que naufraga

Por Álvaro Belin Andrade




Pobres héroes nacionales: lo que les ha tocado vivir por estas fechas… y lo que les falta.

A pesar de sus años, quienes encabezaron la guerra de Independencia han debido sufrir un tortuoso periplo por la ciudad de México, donde se expusieron con morbo sus osamentas, en medio del trajín inenarrable del solar capitalino.

Siguen moviéndose incómodamente en el imaginario panteón, sólo de pensar cómo Televisa los los mostrará “de carne y hueso” en un culebrón de miedo, en que bellas actrices mostrarán deseables a doña Josefa Ortiz y a doña Leona Vicario.

Por todos los rumbos en que la moderna guerra calderonista lo permite, el esplendor conmemorativo sigue presa del retraso constructor, con máquinas y albañiles trabajando bajo la morosidad a que obliga una desaseada gestión presupuestal.

Más nos valdría proponer un receso y festinar nuestras antiguas glorias en 2011.

Y es que mientras el discurso conmemorativo de las más preciadas efemérides ha tratado de tamizar cualquier obra –sea la colocación de alcantarillas o la construcción de puentes– con los consabidos sobrenombres Centenario o Bicentenario, las obras programadas para el efecto son monumentos a la improvisación y desdén de nuestras autoridades.

Se acerca la fecha en que deberíamos derrochar imaginación, enjundia patriotera, jolgorio y monumentalidad, para disfrutar de una independencia de la que cada día nos queda menos, y todavía hay pleito ranchero para justificar las festividades.

El secretario de Educación, Alonso Lujambio, ha debido fruncir el seño y engolar la voz para reprender a los muchos mexicanos que cuestionan el festejo, pese a que tenemos mucho que celebrar: “nuestra existencia, nuestro ser, nuestra cultura”.

El exabrupto de marras, dicho con el pecho henchido de patriotismo frente al embajador norteamericano, ha puesto la nota estrujante y pintoresca a los prolegómenos de una fiesta que llenará de luces y pólvora del Zócalo al Paseo de la Reforma, en la antigua capital azteca, en un episodio que parecerá salido de la enfebrecida imaginación de Walt Disney, gracias a los oficios del australiano Richard Birch.

No se sabe si la profunda letra y la música pegajosa del himno creado por Aleks Sintek y Jaime López (con el histórico estribillo “shalalala”) lo escucharemos con tanta insistencia como el Waca-Waca de Shakira, porque el rechazo ha sido tan generalizado que la SEP ya se echó para atrás.

Frente al desdén para la celebración, lo que debía ser una clase de historia nacional, Lujambio la convirtió el 21 de agosto en argumento político: unidad de los mexicanos para enfrentar los problemas colectivos, “subrayando lo que nos une [y] desenfatizando lo que nos divide”.


No sea que nos lo reclamen nuestros hijos y nuestros nietos, como ha presagiado el docto secretario. Así, el próximo 15 de septiembre, parafraseando a Lujambio, quien desenfatice, un buen desenfatizador será, pese a que el verbo desenfatizar no exista en el diccionario.

En resumidas cuentas, en estos meses electorales pocos han reparado en fechas tan importantes para el México actual. Las miles de propuestas para conmemorar centenario y bicentenario han quedado como buenas intenciones, cuando no en inexplicables postergaciones.





De cómo sepultar lo que queríamos celebrar



La lista de ingeniosos modos de celebrar, propuestos por dependencias públicas y gobiernos, rayan, a veces, en el ridículo. Muchas han sido para aprovechar cualquier obra para colgarle el sambenito celebratorio.

En Xalapa, sin ir muy lejos, a un puente en Lázaro Cárdenas –cuya construcción poco faltó para que durara cien años– le fue impuesto nombre y apellido: puente Bicentenario-Antonio Chedraui Caram.

El apellido, muy mexicano por cierto, le fue impuesto contra viento y marea, pese al rechazo popular porque el epónimo empresario, ya fallecido, fue cabeza de una familia que cimentó su enorme riqueza en la ciudad y, salvo empleos mal remunerados, fuertes nudos viales en torno a sus empresas y un alcalde de una notable grisura, poco le han aportado a sus paisanos.

Ya hemos hablado de obras que no serán concluidas antes de terminar el año. En Xalapa también se cuecen de esas habas.

Un ejemplo notable es la sala de conciertos de la Universidad Veracruzana, frente a la unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información.

En varias ocasiones escuchamos al gobernador Fidel Herrera asegurar que su conclusión y apertura sería parte de la celebración veracruzana del bicentenario. Lo que tendremos, ciertamente, es el cascarón, pero no el edificio terminado.

Para el responsable universitario de la obra, Miguel Ángel Ehrenzweig, no importa la fecha en que sea concluida una sala que hará justicia a la Orquesta Sinfónica de Xalapa, que acaba de cumplir 81 años de vida. Y es que faltan nada menos que 80 millones de pesos para concluirla y se ve difícil que esos recursos se obtengan pronto.

Pero las propuestas por todos rumbos del país son realmente descabelladas (y onerosas): desde producir cinco millones de huevos de trucha, liberar una variedad de papa denominada “Corregidora”, y recuperar los sitios en que Miguel Hidalgo y Costilla fue bautizado y confinado, así como representar su fusilamiento, hasta preservar el árbol sembrado por José María Morelos y Pavón en la ciudad de Oaxaca (según lo ha documentado El Universal), los ingeniosos funcionarios se volaron la barda.


Con tan gratificantes formas de recordar, cualquiera olvidará las más elementales clases de historia patria.

¡Y todavía Lujambio se despeina su engominado jopo porque a muchos mexicanos les vale queso participar en estas fiestecitas!





Inédito interés por la educación



Que yo recuerde, en años anteriores no se había dado tanto énfasis al inicio de un ciclo escolar como ahora, al menos en el ámbito federal.

Y tal cosa puede ser buena o mala, o ambas cosas a la vez. Buena, porque se da una especial importancia a la educación, de la que ha carecido en los 10 años de gobierno panista, y mala, porque puede estar pegada con alfileres a una estrategia mediática para contrastar con el tema de la violencia: una estrategia que pone luz en un tema mientras le resta visibilidad al otro.

Es posible que los funcionarios federales por fin se hayan dado cuenta de que el tema de la educación involucra a un tercio de la población del país, con la que está relacionada cerca de otro tercio (los padres de familia, profesores, etc.). Además de su expresión estadística, este hecho reviste una importancia nodal para el desarrollo del país. Nada menos.

En efecto, junto a los 27 millones de niños y jóvenes que regresan a las aulas del nivel básico (primaria y secundaria) y a 1.3 millones de sus profesores, en breve se incorporarán plenamente los estudiantes del nivel de educación media superior y superior, lo que volcará a las aulas a 35 millones de mexicanos, una cifra que sólo obtendrían sumando sus respectivas poblaciones Paraguay, Bolivia, Haití, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

De entrada, el presidente Felipe Calderón ha anunciado cinco acciones para la mejora educativa, directas e indirectas: entre las primeras, un programa de fomento a la lectura y un plan para reforzar el conocimiento de matemáticas y aplicar la ciencia en la vida cotidiana.

En cuanto a las indirectas: mil becas de preescolar a universidad, establecer los consejos escolares y regular los expendios escolares con base en el delgado acuerdo que salió de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), luego de atender las presiones que la industria de alimentos y bebidas ejerció sobre la original propuesta hecha por la SEP y la SSA.

Junto con todo ello, ya veremos en el presente ciclo un mayor gasto federal en programas específicos, particularmente en lo que se refiere al uso de las tecnologías de información y comunicación, en un programa que sustituye la Enciclomedia foxista.

Ya veremos en qué acaba la desaseada producción de los libros de texto gratuito, criticados acremente por investigadores y profesores, por fallas incluso en el aspecto ortográfico, ya no digamos en cuando a la secuencia y calidad de los propios contenidos.





La maestra sí tiene quien le escriba

Por Álvaro Belin Andrade




Durante los últimos meses, los previos a los comicios locales del 4 de julio, en que el partido de su propiedad tuvo tanto éxito en el país, la presidenta del SNTE (y propietaria del Partido Nueva Alianza, Panal), Elba Esther Gordillo Morales, se mantuvo alejada de los reflectores, operando desde lo oscurito, aflojando y estirando los hilos de la política electoral y tratando de que su desprestigio no afectara a sus candidatos y a sus aliados.

Pero las cosas, mientras tanto, se le pusieron color de hormiga, sobre todo a raíz de las fuertes críticas realizadas por influyentes personajes del sector empresarial, como Claudio X. González, presidente de la Fundación Televisa, y por diversas organizaciones civiles que urgieron al gobierno federal a liberar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) de la co-rectoría ejercida por el SNTE y su lideresa.

La visión de los organismos empresariales sobre la influencia del SNTE en las decisiones oficiales sobre política educativa ha salido a la luz pública de manera contundente. Para el directivo de la mayor empresa de comunicación del país, el SNTE tiene incluso capacidad de veto sobre los programas que en el tema propone la SEP, cuyas autoridades exhiben una clara situación de fragilidad que los obliga a negociar todo con el sindicato.

Desde principios de mayo, los sectores empresariales han insistido en el tema. Sin que aparentemente viniera al caso, durante los diálogos sobre la estrategia de seguridad, convocados por el presidente Felipe Calderón en días recientes, el tema educativo fue puesto en el centro del debate por una maestra, Isabel Miranda de Wallace, quien dejó su trabajo frente a grupo para dedicar sus días a la búsqueda de su hijo secuestrado.

Para Isabel Miranda, el SNTE tiene secuestrado al país. Ahí, en el Campo Marte, en presencia del principal aliado de Gordillo, dijo que los últimos lugares que ocupa México en las evaluaciones educativas internacionales abonan para que mantengamos los niveles de violencia que ahora sufrimos. Mucha violencia y poca preparación debida a la intervención sindical, no hacen una buena combinación.

Pero estos nuevos episodios con personajes inéditos no hacen sino reforzar la visión que, en similar sentido, han hecho pública académicos, pedagogos, incluso miles de maestros que en el interior del SNTE luchan por deshacerse de la dictadura impuesta por la poderosa chiapaneca.

Ya sabemos que a esa apreciación se han sumado –con juicios fundados en datos inequívocos– expertos internacionales y representantes de la ONU y la OCDE: no puede avanzar la educación en México si el SNTE sigue torpedeando toda iniciativa que busque mejorar la calidad educativa, sin importar las tenues sugestiones de la denominada Alianza por la Calidad de la Educación (ACE).




Elba Esther: la defensa fallida


¿Qué fue lo primero que se le ocurrió a la dueña del Panal para responder a los cuestionamientos? Siguiendo una máxima ajedrecista (la mejor defensa es el ataque), Elba Esther Gordillo se enfundó su uniforme de crítica para tratar de socavar la credibilidad de uno de las más fuertes iniciativas de la Fundación Televisa: el programa Bécalos.

En los primeros días de agosto, en la turística Los Cabos, Baja California Sur, donde por cierto resiste una fuerte oposición magisterial, la más opaca operadora sindical, la que maneja a placer cuotas de más de un millón 250 mil mentores, pidió a la SEP investigar a fondo el programa Bécalos, buque insignia de los programas filantrópicos de la televisora e instituciones bancarias.

Los empresarios habían pedido un censo real de los maestros federales y estatales para saber dónde laboran, cuáles son sus virtudes académicas, cuánto cobran y si están abocados a su tarea educativa, en medio de fugas informativas que han puesto en evidencia la gigantesca nómina de destacados sindicalistas que cobran sin ejercer su magisterio, así como la impreparación de muchos para detentar el puesto que ocupan.
Y es que no le parece oneroso el pago de la cara nómina que representa su ejército de operadores sindicales y políticos. Para ella, los cerca de 10 mil comisionados que tiene el SNTE no son nada frente al millón 250 mil profesores que integran el sindicato. Y en eso coincide el titular de la SEP, Alonso Lujambio, según ella.

Por eso, pese a las dudas de quien esto escribe sobre la bondad de los empresarios por becar a niños y jóvenes con necesidades económicas, Gordillo escupió para arriba, si bien alguien detendrá la saliva para que no le caiga en el rostro.

Luego de varios años de funcionar Bécalos, apenas en Los Cabos se le ocurrió la sospecha sobre su posible inconstitucionalidad, por lo que pidió a la SEP detallar si existe o no convenio con la asociación de banqueros para la operación del programa.

Incluso, revolucionaria aunque institucional como siempre, pidió revisar si con dicho programa no se estaba abonando a favor de una educación no ajustada al carácter laico que dictan nuestras leyes o de corrientes políticas determinadas.

Por supuesto que Televisa representa un poder fáctico de grandes proporciones. A la profesora no le conviene chocar con una parte importante de su estructura.

Al seminario “La nueva sociedad, una nueva educación y una nueva política”, celebrado en Los Cabos, invitó al mismísimo Claudio X. González para que expusiera sus puntos de vista y pudiera tenerlo a buena distancia para desarmarlo ante sus correligionarios.

Ahí, el también integrante de la organización Mexicanos Primero expuso los indicadores educativos y se refirió a los retos del sistema.

Le dijo a Elba Esther que la preeminencia de los intereses políticos sobre la necesidad de mejora educativa lastima a la sociedad y que es una lástima que muchos políticos y funcionarios consideren que en lo que resta del gobierno de Felipe Calderón ya no se pueda hacer nada al respecto, cuando lo que requiere el sistema educativo nacional son cambios urgentes.

Por eso, Gordillo pidió “una tregua de mutuas consideraciones de confianza”, luego de despotricar amenamente contra el programa de comedia “La Escuelita”, con una construcción sintáctica que le reclamaría incluso el maestro rural enclaustrado en la más remota comunidad:

“¿Estarían dispuestos a mejorar programas televisivos? ¿A que fuéramos juntos y dijéramos que ya no más ‘escuelita’? Que los alumnos no son los de las piernas descubiertas, ni de los senos exuberantes, porque estamos hartos de esas cosas, o de la maestra fea, fodongona, que pega y dice malas palabras. ¿Estarían dispuestos también?”.

Nunca tan fallida la maestra, digo yo…







El mito federalista de Calderón

Por Álvaro Belin Andrade




Con sentido patrimonialista y faccioso, el presidente Felipe Calderón ha manejado a placer el presupuesto federal para otorgar premios y castigos a los gobiernos locales.

Nunca como ahora, esa facultad del Ejecutivo federal se ha visto tan marcada por la manipulación política, a capricho de quien ha actuado más como presidente de su partido, el PAN, que como mandatario de una nación plural y diversa como México.

Y 2010 ha sido el año de la desvergüenza.

Con procesos electorales en 14 estados del país (en 12 de los cuales se eligió Gobernador), su estrategia se centró este año en el gasto desmedido en programas sociales en estados y municipios manejados directamente por las dependencias federales, con auxilio de operadores políticos, frente a un bloqueo hostil del flujo de recursos a gobiernos emanados de partidos distintos al suyo.

Si agregamos que el presupuesto para seguridad se ha incrementado sustanciosamente y se ha reservado a la guerra contra la delincuencia organizada, considerado delito federal, ya podemos imaginar quiénes salen perdiendo: nuevamente, los gobiernos locales, algunos de los cuales (los últimos ejemplos, Durango y Nayarit) han debido enfrentar el avispero provocado por la guerrita, sin presencia de las fuerzas federales.

Calderón está decidido a evitar, a toda costa, entregar en 2012 la presidencia a un personaje que no sea postulado por su partido. A la guerra contra el narcotráfico, ha agregado una tarea más: ganar para el PAN la elección federal dentro de dos años, aún si esto significa romper el ya de por sí desvalido e injusto pacto federal.

Lo demás es lo de menos.

En ese escenario, uno de los sectores más castigados ha sido el de la educación, si consideramos que a la cultura el Presidente le ha tirado migajas presupuestales cuando se ha ligado a proyectos del sector turístico o al derroche torpe destinado a conmemorar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

Mientras su gobierno se jacta de haber logrado un incremento importante en el índice de atención a la demanda de educación superior, las estadísticas apuntan más a que ese logro se ha compuesto en buena parte por la creación de más espacios en formación profesional por universidades privadas, cuya cepa ha extendido como hongos la cantidad de planteles aún en los lugares más inhóspitos e insospechados.

Ya sabemos que la cantidad no necesariamente está relacionada con la calidad, y menos en el caso de la educación privada. De ahí que la estadística es poco menos que inservible para saber en qué medida nuestro país está formando al capital humano que requiere para su desarrollo.

No tiene caso hablar de la inversión pública en investigación y desarrollo, que es casi inexistente, sobre todo si consideramos que es menor a medio punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB).

Con esos antecedentes, nunca como ahora se ha hecho indispensable postular un nuevo federalismo, que incluya elementos autonómicos, para justipreciar aportes y beneficios de cado uno de los estados y regiones del país.

Como veracruzano, me opongo que el presidente Felipe Calderón le niegue a Veracruz los recursos que son necesarios para obras y programas que requerimos como ciudadanos, sobre todo si consideramos el enorme flujo fiscal que este estado le representa a las arcas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

¿Qué derecho tiene el gobierno federal para poner sus intereses partidarios por encima del interés colectivo de cerca de ocho millones de mexicanos que vivimos en esta entidad?






Veracruz, discriminado por la SEP


El caso más patético en materia de omisión presupuestal por parte de la Federación se refiere al sector educativo veracruzano. El monto de lo retenido más lo cancelado para 2010 supera con mucho los 800 millones de pesos (más de 60 millones de dólares).

Las autoridades estatales se han tardado mucho en expresar públicamente las incongruencias y desigualdades en el trato presupuestal otorgado a los veracruzanos por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Es posible que el gobierno local haya esperado a que el proceso electoral del 4 de julio concluyera, tomando en cuenta que el interés de manipularlo tuviera como arma la tan escandalosa demora en la entrega de lo que incluso fue etiquetado por el Congreso de la Unión.

Sobre el tema se han manifestado en estos días (a punto de iniciar otro ciclo escolar), tanto el gobernador Fidel Herrera Beltrán como el titular de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Víctor Arredondo Álvarez.

El primero en fustigar al titular de la SEP, Alonso Lujambio, fue Arredondo. En Boca del Río, durante las Jornadas Veracruzanas de Historia, el secretario del ramo en Veracruz puso en el tintero un tema que la entidad arrastra desde 2007.

Ese año, en efecto, autoridades y diputados federales crearon una fórmula para calcular la distribución de recursos etiquetados al Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB) que redujo drásticamente los alcances y montos de lo que venía otorgándose a Veracruz.

Hace ya varios años que la SEV tramita un esquema de compensación para amortiguar los efectos de ese drástico ajuste, pero el gobierno federal ha postergado indefinidamente la entrega de dichos recursos.

Veamos cómo se ha dado el trato discriminatorio del que se quejan tanto el Ejecutivo estatal como el titular de la SEV:


1. El gobierno federal mantiene una deuda con Veracruz por el orden de los 700 millones de pesos, derivados de recortes en el Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB).

2. De 2009 a 2010, Veracruz pasó de recibir el 7 por ciento de los recursos etiquetados en el Fondo para la Infraestructura Escolar, a participar con apenas el 4 por ciento.

3. La SEP pasó de otorgarle 120 millones de pesos por parte del Fondo de Habilidades Digitales en 2009, a cero recursos este año.


4. El aporte derivado del Programa de Superación de Maestros en Formación (PSMF) pasó de 24 millones de pesos en 2009, a sólo 9 millones este año.



De ahí que el gobernador Fidel Herrera, en el marco de una reunión con dirigentes del SNTE, haya hecho una dura crítica a los recortes presupuestales del gobierno federal en materia de educación, a pesar de que Veracruz es una de las entidades con una de las matrículas más grandes del país y que enfrenta enormes retos para brindar servicios educativos de calidad a una gran capa de población localizada en zonas rurales e indígenas.

Arredondo fue muy enfático en el reclamo a Alonso Lujambio:

“Necesitamos la atención del Secretario de Educación, que voltee la mirada hacia Veracruz. Es urgente que el titular de la SEP analice el caso de Veracruz, que nos visite, que conozca cuáles son nuestras necesidades, que nos diga qué estamos haciendo mal para recibir ese trato discriminatorio”.

-¿Habrán escuchado estos reclamos en Los Pinos y en el edificio histórico de la SEP?

-No se oye, no se oye…