Entrampada, la calidad educativa

Por Álvaro Belin Andrade



Mientras cerca de 146 mil aspirantes se entrampaban en la resolución del Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades Docentes, aplicado por la SEP en 314 sedes del territorio nacional, un reportaje publicado por el periódico El Universal tendió un ominoso velo de duda sobre los efectos que este proceso selectivo acordado con el SNTE puede tener en la mejora de la calidad de la educación que se imparte en las escuelas públicas de educación básica.

Sí, el marginado aspirante a la presidencia de la República por el PAN en 2012, Alonso Lujambio, dijo esta misma semana frente a su reticente jefe Felipe Calderón que “los nuevos maestros tienen que demostrar, en un examen, que tienen los méritos para sumarse al magisterio”.

Lo que no dijo es cómo va a enfrentar la negociación con el sindicato para que casi un cuarto de millón de maestros y directores de primaria y secundaria, en servicio, logren los estándares académicos de rigor para desempeñar sus labores.

Y es que seguramente ni se lo ha propuesto él ni el gobierno federal, pese a la excitativa calderonista de que “hoy se requiere más calidad en la educación, pero también mayor corresponsabilidad”.

A estos discursos, el reportaje publicado por la periodista Nurit Martínez, de El Universal, los ha despojado del más mínimo beneficio de credibilidad:

“Del millón 46 mil 347 mentores registrados en esos niveles [primaria y secundaria], 23.3% son pasantes de licenciatura, de la normal, tienen apenas estudios de bachillerato o nivel técnico e incluso están en situación de rezago educativo al no haber terminado la educación básica”.

Y va más allá: 191 profesores que ejercen cargos, incluso de directores (30), no concluyeron la primaria. Entre los estados con mayor número de casos, por desgracia, se encuentra Veracruz, además de México, Guanajuato y Sonora.

Una larga historia de corrupción y componendas políticas con el SNTE y otros sindicatos menores, que se vieron suspendidas en Veracruz hace ya cinco años, cuando se instauró la modalidad del examen como único medio para obtener una plaza magisterial, ha permitido que niños y jóvenes que cursan su educación básica estén en manos de personal sin preparación para realizar tareas docentes.

¿Cómo exorcizar al sistema educativo nacional de esos espíritus chocarreros, insuflados por inescrupulosos líderes magisteriales? ¿Cómo hacerlo en un escenario de concupiscencia política en que se han trabado el PAN y el partido creado por la lideresa nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo, y que tantos dividendos le redituó al partido gobernante en los comicios del 4 de julio pasado?

Ha sido importante la aplicación del examen nacional como vía para obtener una plaza magisterial. El problema es que también hay que barrer para atrás, lo que difícilmente hará un gobierno que tiene tan medida su capacidad de maniobra, cuando se acerca una elección presidencial en la que puede perder su posición en Los Pinos.






La UV, motor de desarrollo tecnológico



En la última década, la Universidad Veracruzana ha liderado un ambicioso programa –el más exitoso e innovador entre las universidades públicas no sólo del sureste sino del conjunto de las instituciones de educación superior del país– para aprovechar al máximo las tecnologías de información y comunicación (TIC), que poco a poco ha infiltrado incluso las políticas públicas del gobierno local.

No sólo ha representado la posibilidad de brindar servicios de transmisión de voz y datos a una comunidad estudiantil, académica y administrativa tan grande como dispersa por toda la geografía veracruzana, mediante una robusta red propia de 128 kilómetros de fibra óptica en sus campus más integrados (Poza Rica, Veracruz-Boca del Río, Xalapa y Coatzacoalcos), con excepción del de Córdoba-Orizaba, donde la dispersión de sus instalaciones hubiera significado una longitud similar o mayor de tendido de fibra óptica.

También, y eso es lo más importante: la utilización de dichas tecnologías ha permitido el desarrollo de programas informáticos, plataformas educativas y soluciones inteligentes para una institución cuyas instalaciones educativas, de investigación y de servicios se ubican en una multiplicidad de poblaciones de norte a sur.

Hace ya tiempo que la UV –desde la administración del ahora secretario de Educación, Víctor Arredondo– ha apostado su desarrollo y la potenciación de sus capacidades educativas, de divulgación y las propias de su administración institucional en el desarrollo de las TIC, lo que ha significado un decidido involucramiento de toda su comunidad en la adquisición de habilidades y destrezas que hoy son tan exigidas en el mercado laboral.

A la creación de un escenario de posibilidades tecnológicas para una conectividad eficiente a internet, la UV ha sumado en esta última década acciones que buscan reducir la brecha que Veracruz ha acusado en materia de equipamiento informático.

No sólo ha sido la construcción y funcionamiento de las unidades de servicios bibliotecarios y de información (USBI), donde los estudiantes cuentan con posibilidades para acceder a equipos de cómputo conectados a internet.

Colateralmente, ha ido creciendo la participación de docentes e investigadores en la creación de programas informáticos de apoyo a la generación y difusión de contenidos académicos, el establecimiento de redes virtuales de colaboración, el desarrollo de una plataforma educativa propia (Eminus) que incorpora todas las herramientas interactivas en una sola para modelos de educación a distancia, y un sistema de información universitaria que permite contar al día con todos los indicadores de calidad.

Y todo ello ha ido a la par con la formación de un capital humano diestro y capacitado no sólo en el manejo de las TIC sino también en la transformación y creación de soluciones inteligentes para su utilización en la atención de todo tipo de problemas de su entorno.






Reconocen desarrollo de las TIC en la UV

Por eso no es sorpresivo que la revista “CIO. InfoWorld México” haya distinguido a la UV con la elección de Elsa Ortega Rodríguez, su directora general de Tecnología de la Información, como uno de los 100 líderes más importantes del país en la materia, en la categoría “Mejor alineación al negocio”.

Detrás de Elsa Ortega, un equipo que durante más de ocho años lideró Ramón Parra Loera, actual director general del Instituto Consorcio Clavijero, ha brindado extraordinarios resultados para que la UV se coloque entre las que más se han consolidado en materia de utilización de las tecnologías de información y comunicación (TIC).

Entre cientos de nominaciones, como se señala en comunicado de prensa emitido por la UV, la consultora IDC evaluó el nivel de madurez en TIC de los postulantes, y decidió gratificar el desempeño de un grupo de profesionistas que laboran en la mejora cotidiana de las herramientas informáticas a favor del funcionamiento institucional de nuestra casa de estudios.

Y Elsa misma reconoce que la distinción es a un equipo y a toda la institución, pasando por sus autoridades y por las propias dependencias académicas que han puesto lo suyo en materia de contenidos, uso de las herramientas e innovación en las propias estructuras virtuales que están dejando huella no sólo dentro del campus universitario sino también en el entorno social, político y económico.

La dependencia que dirige la universitaria reconocida en el ámbito nacional ha logrado, en la última década, mejorar la red de datos de la UV, que atiende a 12 mil 200 nodos y brinda soporte a los principales servicios, además del establecimiento de una red inalámbrica en todos las regiones universitarias, lo que –según los editores de la revista– “generó un incremento en el uso de los servicios tecnológicos universitarios por el aporte de importantes herramientas para el desarrollo de las actividades académicas, administrativas y de investigación de la Universidad en todos sus campus”.

Y cita los aspectos más destacables: el sistema de videoconferencia y el sistema de telefonía, implementado como un desarrollo propio denominado PBXUV; un conmutador compatible con telefonía tradicional y telefonía IP, basado en el software libre Asterisk, y que ha permitido alcanzar 90 por ciento de cobertura en los cinco campus, que operan con un esquema de marcación unificada que facilita la comunicación y disminuye el gasto de este servicio.

La UV ha mejorado la plataforma de educación distribuida Eminus, una herramienta tecnológica que permite ampliar la cobertura y propiciar la mejora de la calidad educativa a través de incorporación de procesos y materiales educativos de autoaprendizaje.

Y avanzó en la consolidación del Sistema Integral de Información Universitaria (SIIU), una base de datos que ha permitido la implementación de servicios de TIC para aspirantes, estudiantes, personal administrativo, directivos, académicos y egresados en el portal institucional.

El reconocimiento obtenido por Elsa Ortega Rodríguez alcanza, por supuesto, para gratificar la labor de Rafael Gómez (servicios informáticos administrativos), Érika Fernández (soporte técnico), Víctor Acosta y Patricia Arredondo (apoyo y atención a usuarios); Silvia Pizaña (servicios de red e infraestructura tecnológica), Gabriel Lozano (redes y telecomunicaciones), Marco Antonio Estrada (instalaciones y conectividad), Héctor Bonola (servicios informáticos de red), Arturo Nandayapa (videoconferencias).

Además, Juan Carlos Jiménez (desarrollo informático de apoyo académico), Alejandro Colunga (tecnología educativa), José Carlos Rodríguez (desarrollo académico), Mónica Alethea Sánchez (extensión de servicios tecnológicos), Javier Cano (operación telefónica), Érika Hernández (servicios administrativos de telefonía), Patricia San Martín (educación continua), Antonio Lagunes (educación a distancia y servicios corporativos), Dacia González (operatividad e impacto de TIC), Bárbara Vargas (operatividad e impacto de sistemas de información y portales) y Erik Enríquez (operatividad e impacto de redes y telecomunicaciones).

Y, por supuesto, además de Parra Loera, Patsy Sánchez, quien actualmente funge como directora de Planeación y Desarrollo Institucional del Instituto Consorcio Clavijero.






Y, ahora, ¿dónde estudiar?

Álvaro Belin Andrade




Poco más de 14 mil jóvenes veracruzanos, de los 31 mil 683 que presentaron examen de admisión para ingresar a alguno de los 150 programas de educación superior (TSU y licenciatura) que ofrece la Universidad Veracruzana, no obtuvieron lugar durante el reciente proceso de admisión. Eso significa que cerca del 45 por ciento de los competidores han quedado al garete.

Año con año, las operaciones matemáticas que se orientan a dar cierta idea del desaliento social que para miles de egresados del bachillerato significa no ingresar a la UV, se repiten casi con las mismos resultados.

¿Se ha hecho algo por expandir las oportunidades que se requieren para dar satisfacción a una legítima aspiración de los jóvenes (y no tan jóvenes) veracruzanos que quieren convertirse en profesionistas y aspirar a mejores niveles de vida y de trabajo?

Ciertamente la Universidad Veracruzana, pese a las limitaciones presupuestarias impuestas por el gobierno federal, ha abierto espacios y nuevas opciones profesionales apegadas a las necesidades del mercado laboral, con carreras que buscan formar a aquellos técnicos y expertos en los temas de más reciente generación en los sectores productivos y de servicios.

Lo ha hecho en la medida de sus más extremas posibilidades y ha dado muestras de dinamismo y compromiso social.

Pese a que no se ha trabajado desde el gobierno estatal en la formulación de uno o más proyectos para la creación de universidades públicas alternativas, lo cierto es que la oferta de lugares y opciones profesionales ha crecido a un ritmo que no se había visto en administraciones anteriores, incluyendo novedosas modalidades como el de la educación a distancia en línea.

Ya la Secretaría de Educación (SEV) ha informado, en voz de su titular Víctor Arredondo, de las diversas opciones educativas que existen ya y que pueden atender a todos aquellos que quieran realizar estudios universitarios.

Uno de los subsistemas educativos más impulsados en los últimos años ha sido el de la educación superior tecnológica, que ha instalado a lo largo de la entidad 31 planteles, desde universidades e institutos tecnológicos hasta la más reciente universidad politécnica en Huatusco, que ofrece títulos de licenciatura y de técnico superior universitario (TSU).

La Dirección de Educación Tecnológica anuncia la disponibilidad de 17 mil lugares para el ciclo 2010-2011, con que los interesados disponen para estudiar 41 carreras (28 ingenierías, cuatro licenciaturas y nueve carreras de técnico superior universitario), en ingenierías ambiental, petrolera, bioquímica, mecatrónica, forestal, industrial, en nanotecnología, gestión empresarial, industrias alimentarias, agronomía, innovación agrícola sustentable, logística y sistemas computacionales, así como contaduría pública, administración, informática por sólo citar algunas de las opciones profesionales.

Este sistema cuenta con institutos tecnológicos superiores en San Andrés Tuxtla (8 ingenierías y una licenciatura), Misantla (5 ingenierías y dos licenciaturas), Tantoyuca (6 ingenierías y una licenciatura), Cosamaloapan (6 ingenierías y dos licenciaturas), Pánuco (4 ingenierías y dos licenciaturas), Poza Rica (8 ingenierías y una licenciatura), Xalapa (8 ingenierías), Coatzacoalcos (11 ingenierías y 2 licenciaturas), Tierra Blanca (7 ingenierías y 2 licenciaturas), Álamo (5 ingenierías y 1 licenciatura), Las Choapas (5 ingenierías), Acayucan (5 ingenierías y 1 licenciatura), Huatusco (5 ingenierías y una licenciatura), Alvarado (5 ingenierías y una licenciatura), Perote (5 ingenierías y una licenciatura), Zongolica (4 ingenierías), Chicontepec (3 ingenierías), Jesús Carranza (3 ingenierías), Juan Rodríguez Clara (3 ingenierías), Martínez de la Torre (4 ingenierías), Naranjos (3 ingenierías).

De las señaladas, 24 programas darán inicio en el ciclo 2010-2011, lo que habla de la dinámica que vive la educación tecnológica en todos sus planteles. Por si esto fuera poco, las universidades tecnológicas ofrecen en total 20 carreras de nivel de técnico superior universitario (TSU) en sus planteles localizados en Cuitláhuac, Nanchital y Gutiérrez Zamora.

Es importante señalar, para seguridad de los estudiantes, que todas las instituciones del sistema tecnológico cuentan con la certificación ISO 9000 en el proceso de enseñanza aprendizaje y que el 50 por ciento de sus carreras están acreditadas por organismos internacionales.





Educación a distancia, una alternativa


A los 17 mil espacios con que cuenta el sistema tecnológico, habrá que agregar la amplitud de espacios que hoy ofrece la modalidad de educación a distancia en línea en Veracruz.

En efecto, el Instituto Consorcio Clavijero, hoy convertido en organismo público descentralizado, ha incursionado en un modelo que pocas instituciones del mundo han podido instrumentar, en parte porque sus alcances son más bien de índole comercial y también porque aún las públicas, sobre todo en países desarrollados, están contando con que los aspirantes a estudiar en sus programas son mayores de edad, ya incorporados en el mercado laboral y con acceso a equipo de cómputo e internet.

El caso de Veracruz, si nos apegamos a sus características económicas y de acceso tecnológico, es diferente: para que una iniciativa innovadora como la de Clavijero fructifique, no sólo debe bregar para convencer a la población de que la educación a distancia es de calidad y puede formar a los nuevos profesionistas en las habilidades y destrezas que demanda el actual mundo laboral. También debe crear las condiciones para que miles de jóvenes tengan acceso a internet aún cuando no tengan equipo de cómputo propio.

Si imaginamos la oferta académica en línea de instituciones como el Tec de Monterrey, nos daremos cuenta de que su nicho de mercado es el de ingresos medios altos y altos, que tienen resuelto (en casa y oficina) el problema del acceso a internet.

No de otra manera podemos calibrar el enorme esfuerzo que ha hecho la administración pública estatal, a través de la SEV, para equipar 300 Aulas Clavijero en todo el estado, fundamentalmente con un programa que busca atender la demanda ahí donde se genera, “La universidad en tu prepa”, que permitirá a partir de este ciclo que los egresados de un bachillerato general, un colegio de bachilleres, un conalep, un telebachillerato o un Cecytev, se incorpore a la educación superior sin necesidad de salir de sus propias comunidades.

Al menos 20 equipos de cómputo y dos servidores, conectados a internet, permitirán a unos 50 jóvenes por aula incorporarse a carreras como administración tributaria, comercio internacional, gestión ambiental, gestión de educación y capacitación, gestión empresarial turística, tecnologías de información aplicadas a la administración o ingeniería en sistemas computacionales.

Con un diseño en sus programas que garantiza una educación flexible en tres períodos cuatrimestrales al año, un modelo curricular escalonado que permite la salida intermedia para que, en dos años, el estudiante obtenga el título de Técnico Superior Universitario, o bien continuar estudiando y alcanzar el grado de licenciatura, el Instituto Consorcio Clavijero está en posibilidades de admitir a por lo menos 15 mil estudiantes.






Los tiempos de educar en línea, por venir



Por desgracia, todavía no hay una cultura que permita la inscripción masiva en programas en línea, aunque como los modelos de educación a distancia ya consolidados (secundaria y bachillerato por televisión), cuando agarre vuelo realmente estaremos emprendiendo un vuelo sin precedentes.

Julieta Palma Anda, directora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) para México, Centroamérica y el Caribe, considera que México tardará alrededor de 15 años en integrar la tecnología como herramienta del aprendizaje, porque todavía hay renuencia al cambio de método de enseñanza debido a la brecha generacional que impera en el país, y esta reticencia sólo retrasa aún más el desarrollo de la economía.

En entrevista publicada por El Universal esta semana, Palma Anda señala que a la educación en línea se le percibe como “de segunda”, porque las universidades convencionales tienen temor de compartir sus contenidos en la red.

Cuando se le cuestiona sobre las diferencias entre los cursos presenciales y los virtuales, Palma Anda contesta:

“Son diferentes métodos de enseñanza-aprendizaje. Cuando estás presente tienes la interacción directa de los demás estudiantes y profesores, puedes ver su comunicación no verbal, hay debates sobre un tema que se da en un tiempo determinado, puedes replantear tus opiniones en directo, aunque la comunicación no es a largo plazo y no hay oportunidad para la reflexión. En cambio, con la educación en línea hay que desarrollar otras habilidades como el lenguaje escrito; sí hay tiempo de reflexionar y estructurar metodológicamente el conocimiento, pues uno es responsable de lo que se aprende”.