¿Educación en la compu?

Por Álvaro Belin Andrade



Mientras en Hermosillo, el subsecretario de Educación Básica de la SEP, Fernando González Sánchez, anunciaba que el objetivo del gobierno federal (suponemos que no se refirió al periodo de Felipe Calderón) es conectar al 75 por ciento de la matrícula de ese nivel educativo a la Internet (es decir, alrededor de 19 millones de estudiantes), en la Ciudad de México se anunciaba para el lunes de esta semana el inicio de actividades de la nueva oferta de Educación Superior Abierta y a Distancia (ESAD), operada por la misma secretaría.


En ambos mensajes, el gobierno federal pone en el centro de atención de los procesos de enseñanza-aprendizaje a las nuevas tecnologías, principalmente Internet. Pero el impulso ha sido relativamente reciente, sobre todo pensando en el avance que en el tema le lleva Veracruz.


La oferta de 13 carreras en la modalidad de educación abierta y a distancia que ofrece ESAD (entre ellas seis ingenierías) están probándose en la práctica; la primera vez que se abrió la matrícula fue en octubre pasado y se ha decidido abrir un segundo periodo que inició con el curso propedéutico este lunes 25.


Según las autoridades de la SEP, la convocatoria ha tenido una buena recepción. Hablan de más de 33 mil estudiantes en sus dos primeras promociones, si bien la máxima concentración de ellos se localiza en el Distrito Federal, seguido de lejos por los estados de México, Yucatán, Jalisco, Morelos y Chihuahua.


Suena mística la cifra. Nunca hubo promoción en medios de comunicación. Pregunte a quien quiera si sabe que la SEP ofrece educación superior a distancia y le aseguro que nadie le responderá de manera afirmativa. Por eso la cifra suena a las que acostumbra dar el profesor Guillermo Zúñiga Martínez cuando se refiere al “masivo ejército” de sus estudiantes en el IVE.



¿Compus en la educación?


Lo cierto es que, contra muchas voces que abjuran de las nuevas tecnologías como vehículo para democratizar la educación, el gobierno federal está reforzando la idea de que es la mejor vía para ampliar la cobertura educativa en el mejor tiempo, asegurando la calidad de sus contenidos.


Según Fernando González, el yerno incómodo, Calderón y Lujambio quieren, mediante el Programa Habilidades Digitales para Todos, conectar al 75 por ciento de la matrícula a banda ancha y dotar de computadoras a por lo menos 150 mil aulas adicionales a las que ya existen en todo el país: traducir la educación a comunicación y convergencia.


Esto en educación básica.

Para educación superior, la SEP le apuesta a las nuevas tecnologías para lograr que el índice de mexicanos con acceso a ese nivel llegue al 20 por ciento. Y la bolita da vueltas alrededor de un proyecto originalmente encargado a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España, y que ya empieza a generar cifras estrambóticas.


Casi con el mismo modelo que el que hace tres años aplica en Veracruz el ahora Instituto Consorcio Clavijero, la ESAD ofrece primero un curso propedéutico de 400 horas, en que los estudiantes desarrollan sus competencias básicas, aprenden sobre el uso de herramientas tecnológicas y se desarrollan en la comunicación escrita, el conocimiento de matemáticas básicas y el estudio independiente.







Aulas Clavijero vs. Centros de Acceso Universitario



La SEP ha logrado el apoyo de varias universidades del país para instalar, en total, 131 Centros de Acceso Universitario (CAU), con infraestructura básica de cómputo e internet y equipo para videoconferencias, en que sus estudiantes puedan disponer de los medios para estudiar en línea.


Ese fue el primer modelo usado por Clavijero durante su etapa como asociación civil: pedir a las instituciones universitarias que lo integraban espacios en sus instalaciones donde equipar o disponer de aulas de medios (aulas Clavijero).


Por supuesto, es una iniciativa de nuevo cuño y no se puede comparar, tanto por sus diferentes ámbitos geográficos como por sus diversos poderes y dimensiones.


Lo cierto es que en Veracruz la instalación de estas aulas remotas ha contado con el apoyo del gobierno estatal a través de la secretaría de Educación (SEV); de los ayuntamientos, de diversas organizaciones sociales, agrupaciones culturales, grupos de padres de familia, entre otros.


Ya funcionaban más de 140 aulas Clavijero, pero a ellas se están uniendo las 200 aulas contempladas dentro del programa “La universidad en tu prepa” y, a finales de este año, se espera que funcionen cerca de 500 aulas de este organismo público descentralizado.


Al paso que van, si no voltean los ojos hacia Veracruz es porque los funcionarios de la SEP quieren justificar viáticos para la realización de sus viajes de turismo educativos a países como España, donde la experiencia en el tema específico de los respaldos tecnológicos a la población de bajos recursos no le llega a la de Veracruz.






Para el recreo


***¿Huelga en vacaciones? Uno de los primeros efectos positivos del cambio calendárico de actividades docentes en la Universidad Veracruzana es la que tiene que ver con la negociación anual con el artrítico Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la UV (SETSUV), cuyo plazo para no ir a la huelga es la madrugada del 2 de febrero. En efecto, no es sino hasta mediados de ese mismo mes cuando la mayoría de los estudiantes universitarios retoman las actividades académicas. Para entonces, la huelga –en caso de estallar– formará parte del anecdotario de la burocracia universitaria, sin haber afectado actividad académica alguna. Bien…



***La propuesta del rector. El rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, ha puesto sobre la mesa de negociación la propuesta universitaria para sus trabajadores del SETSUV: 4% de aumento directo al salario; aumento de 100% a la prestación de estímulo de antigüedad, de casi 11% en la de despensa y de 100% a la ayuda mensual a los hijos de los trabajadores fallecidos; además de estos incrementos, considera otros en prestaciones que rayan en la desmesura. Poco falta para que el SETSUV pida apoyos para boleadas, globos domingueros, palomitas para el cine, rosas rojas para el día de las madres, confetis y serpentinas, y lo que a usted se le ocurra como lo más ridículo. La señora Eloína Vargas, eterna propietaria del sindicato de marras, seguramente aceptará la propuesta con alguna pequeñísima modificación, pero lo hará después de fintas y toma de instalaciones. Al tiempo.













La pisada sombra de Lujambio

Por Álvaro Belin Andrade




No cabe duda que la salida de Josefina Vázquez Mota de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para coordinar a los diputados federales del PAN, tuvo su origen en la misma persona que hoy maneja casi a su antojo la dependencia educativa en que cobra sus quincenas Alonso Lujambio Irazábal.

El enorme poder de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, se ha vuelto a sentir por sobre la supuesta autoridad del titular de la SEP, al prácticamente deponer de sus cargos a dos figuras importantes del equipo dejado por Vázquez Mota, ambos, por cierto, sin filiación panista.

Es comentario que corre por los pasillos del poder que la destitución del subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Székely Pardo, y de Jorge Santibáñez, jefe de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, fue el tributo de sangre pagado por Lujambio a la profesora chiapaneca.

Si quedaba alguna duda sobre el enorme poder que ejerce Gordillo en el sistema político mexicano, estos cambios realizados por Lujambio a nueve meses de asumir la titularidad de la SEP la han despejado.

Y es que no se ha tratado de cambios motivados por la inercia del relevo de mandos, lo que en todo caso hubiera sido dilatado y funesto. Por el contrario, cada una de las piezas movidas representaba hace tiempo incómodos guijarros en las zapatillas de la señora y origen de desaguisados con el sindicato que ella administra como negocio particular.

Durante la gestión de Josefina Vázquez Mota, cuando se negoció con el SNTE la suscripción de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), hubo temas que tornaron ríspida la relación entre Elba Esther y la ahora diputada panista. No se trataba, para el sindicato, de tomar en serio este simulacro que, por otra parte, era fundamental para la credibilidad de un gobierno que apostaba por modificar las relaciones de poder en el sistema educativo.

El principal elemento de la disputa fue (y lo es todavía, aunque parece que no por mucho tiempo) el mecanismo de asignación de plazas magisteriales, un soporte indiscutible del poder político del SNTE y una de sus principales fuentes de financiamiento.

Si bien la ACE dispuso desde el principio que las plazas se otorgarían por la vía de un examen nacional, un poco al estilo de los exámenes de oposición que se realizan en las universidades públicas, lo cierto es que el SNTE dispuso una serie de candados para evitar que el proceso en su conjunto se le fuera de las manos.

Por ejemplo, una parte importante de las plazas disponibles cada año, aquellas que son dejadas por los profesores jubilados o fallecidos, son del todo manejadas por el sindicato.

Y el eslabón más débil de la cadena de negociación y confrontación, por el lado de la SEP, lo había sido Jorge Santibáñez, despedido de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas (UPEPE); su cabeza ya había sido puesta bajo la guillotina desde la gestión de Vázquez Mota, quien no permitió que el verdugo soltara la pesada navaja. Lujambio no tuvo empacho en hacerlo la semana pasada.

Caso similar al del subsecretario Székely, quien fue persistente en sostener como mecanismo de selección para directores de bachillerato no el compadrazgo de los postulantes con la estructura sindical, tampoco el consabido trasiego escalafonario, sino la demostración de habilidades docentes y administrativas para hacerse cargo de la dirección de un plantel de educación media superior.

Habrá que añadir que no sólo estos ditirambos fueron los gérmenes de una decisión tan sospechosa como la tomada por Lujambio; a ellos se agregaron múltiples desencuentros, ninguno de los cuales, en el caso del SNTE, se derivaron de un intento por hacer más democrática y de mayor calidad la gestión educativa.

Y el SNTE halló una ocasión propicia para cumplir los caprichos de Elba Esther en momentos en que el presidente Felipe Calderón y el PAN en general acusan un desprecio casi colectivo.







Los nombres convenidos


¿Quiénes vienen a hacerle la tarea a Elba Esther Gordillo y a Felipe Calderón y el PAN en la SEP?
De entrada, un panista recalcitrante: Miguel Ángel Martínez Espinosa, quien desde hacía cinco años se desempeñaba como secretario de Educación de Jalisco. El presidente Felipe Calderón lo nombró subsecretario de Educación Media Superior, en sustitución de Miguel Székely Pardo.

Como para no tener una luz de esperanza, basta con conocer la expresión pública de repudio que le dedicó como despedida la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en los periódicos jaliscienses:

El abogado Miguel Ángel Martínez Espinosa, señala la CNTE, “deja tras de sí una estela de agravios en contra de los trabajadores de la educación, padres de familia y alumnos, mismos que a su sucesor Antonio Gloria Morales le costará trabajo borrar: ceses al empleo fuera de toda lógica jurídica y laboral, tibieza en los casos de corrupción denunciados públicamente en todos los niveles, protección de personeros del charrismo sindical, pago de favores a los grupos cercanos a Elba Esther Gordillo Morales y mano dura con quienes se confronta con esta lideresa”.

Martínez Espinosa, identificado como parte del equipo político del ex gobernador de Jalisco y ex secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, hoy presidente de la Cámara de Diputados, vendrá a darle tinte azul a la SEP.

Según Lujambio, con su nombramiento “se reforzarán las acciones en la educación media superior, una de las áreas que presenta los mayores desafíos, a fin de aprovechar el conocimiento y la experiencia del nuevo subsecretario en la aplicación de las reformas en las entidades, con una visión federalista”.

Lo cierto es que Lujambio ha mandado a la porra a dos funcionarios no identificados con el PAN, salidos de la academia, para poner en sus lugares a quienes tendrán un fuerte trabajo proselitista en la última fase del gobierno calderonista.

El otro es Francisco Ciscomani Freaner, quien llega a la UPEPE en lugar de Jorge Santibáñez. Según Karina Avilés, de La Jornada, Ciscomani es parte del equipo que llegó con Lujambio, ha estado cerca de las negociaciones con el SNTE y ha tenido protagonismo en el proceso para organizar el concurso de plazas docentes.

Para el titular de la SEP, su ex jefe de la Unidad de Coordinación Ejecutiva de la SEP, a cargo de las relaciones institucionales con el Congreso de la Unión y las organizaciones de la sociedad civil, “posee un perfil profesional con sólidas bases legales y tiene una amplia experiencia en el diseño institucional y en la implementación de políticas públicas”.

Ahora el rumor que crece es que la próxima pieza en caer del equipo dejado por Josefina Vázquez Mota será el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán.

Tanto Székely como Santibáñez y Tuirán carecen de militancia partidista. Según nota publicada en La Jornada, todos ellos provienen de la academia:

“Antes de llegar a la SEP, Santibáñez fue presidente de El Colegio de la Frontera Norte, mientras que Miguel Székely ha sido catedrático de la Universidad de Oxford, el ITAM y El Colegio de México. También fue asesor en política social para el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. En la Secretaría de Desarrollo Social, en tiempos en que su titular era Josefina Vázquez Mota, Székely Pardo fue subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación, al tiempo que Rodolfo Tuirán se desempeñó como subsecretario de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio”.